COVID-19 Perspectivas actuales




Con la llegada del invierno es inminente el repunte de COVID-19 en México, los virus respiratorios de ARN envueltos, como los coronavirus y los de la influenza, incrementan su actividad en épocas de frío.


¿Cómo funcionan los cubrebocas?


Las mascarillas pueden ser de diversos estilos y materiales, pero generalmente funcionan de la misma forma. Las fibras capturan las grandes gotas provenientes del aparato respiratorio y las partículas pequeñas en el aire conocidas como aerosoles que pueden transportar el coronavirus. A este proceso se le llama filtración y a la capacidad del material para atrapar las partículas se le denomina eficacia de filtración.

Los cubrebocas de algodón superan a la mayoría de las telas comunes, sin embargo el uso de materiales no tejidos como el de la mascarilla N95 sigue siendo el más efectivo.

Hablemos un poco del tamaño del coronavirus el cual tiene un tamaño aproximado al de las partículas más pequeñas (menos de 0.1 micrón), que generalmente viaja dentro de las partículas más grandes (mayor de 0.5 micrones).

Las fibras de un cubrebocas las podemos representar como un bosque denso, en el que las partículas deben circular a medida que se mueven con la corriente de aire. Las partículas interactúan con las fibras capturarlas en la mascarilla, siendo las partículas más grandes las más fáciles de atrapar. Al chocar directamente contra las fibras se atascan cuando la corriente de aire las pone en contacto o cuando su impulso hace que se desvíen de su curso. Las moléculas de aire hacen rebotar estas partículas más pequeñas en un patrón aleatorio en patrón zig-zag, lo que aumenta el tiempo que pasan en este bosque de fibras y su posibilidad para ser capturadas. Las partículas de tamaño medio son las más difíciles de filtrar, ya que evitan su captura al seguir el flujo de aire, girando alrededor de las fibras.

Con respecto a las mascarillas N95, estas son fabricadas de un material sintético que varían en tamaño y disposición. Además poseen una característica propia, la carga electrostática que atrae y captura las partículas independientemente de su tamaño, llegando a filtrar al menos el 95% de las partículas.

Las mascarillas dependen de su forma y ajuste para mejorar su eficiencia, las mascarillas flojas o las que tienen contacto con el vello facial permiten que los aerosoles se filtren, dicho lo anterior la mayoría de las personas no requiere el uso de mascarillas de grado médico o N95, las cuales deben reservarse para el uso de trabajadores de la salud.

¿Cómo elijo una mascarilla?


Las mascarillas deben cubrir una gran superficie, deben tener un ajustador para la nariz que evite el movimiento de la mascarilla, un ajuste estrecho en sus bordes y una forma que deje espacio alrededor de las fosas nasales y la boca, creando una zona más grande que permite atrapar las partículas en las fibras.

Las máscaras con válvula facilitan la exhalación, pero no tienen filtros lo que evita atrapar las partículas que se exhalan, lo que impide la protección para las personas con las que estamos en contacto.

Se debe usar cubrebocas, del puente de la nariz hasta el mentón, realizar frecuentemente higiene de manos con agua y jabón o gel con base de alcohol mayor al 60% sobre todo antes y después de retirar el cubrebocas, se deben lavar las mascarillas faciales de tela después de cada uso y las mascarillas faciales N95 o quirúrgicas, se deben desechar cuando estén visiblemente sucias, cuando hayan perdido su ajuste o cuando estén dañadas.

Así como asegurar una buena ventilación y mantener el distanciamiento social con el fin de reducir el riesgo de transmisión, si todos usamos la mascarilla el beneficio aumenta de forma grupal.

¿Careta o cubrebocas?


Es irremplazable el uso del cubrebocas, pero se puede añadir como medida de barrera los lentes industriales y las caretas. Las caretas deben cubrir los bordes laterales y ajustarse en las órbitas. El propósito de un cubrebocas es disminuir el riesgo de infectarnos e infectar a los demás.

Es importante no omitir el uso de cubrebocas, ya que en un estudio publicado por la revista Science se menciona una nueva vía de entrada al organismo, a través de una proteína llamada Neuropilina (NRP1), la cual está presente en la mayoría de las superficies de las células. Si el virus interactúa con los receptores ACE2 y NRP1, aumenta su potencial infeccioso.

La pérdida de olfato sigue siendo una de las manifestaciones más frecuentes, ya que el virus no solo afecta las células del epitelio nasal, sino que también afecta las células progenitoras de las neuronas olfativas.

Es importante evitar la infección por SARS-CoV 2 debido a que incluso en casos leves, pueden mantenerse algunos síntomas después de la recuperación, que incluyen pérdida del gusto y el olfato, pérdida de memoria y dificultad para concentrarse, cefalea, cambios en la visión y audición, entre otros, hasta por 3 meses.

¿Cuánto tiempo duran los anticuerpos?


Existen muchas dudas con respecto a la duración de los anticuerpos que nos protegen frente al SARS CoV 2, si todas las personas que tuvieron la enfermedad los llegan a producir y si los asintomáticos estarían protegidos. Recordemos que los anticuerpos son esa respuesta de nuestro organismo para neutralizar todo agente infeccioso.

La investigación liderada por Wajnberg y Krammer, demuestra que los anticuerpos de los pacientes con COVID-19 leve a moderado, mostraban anticuerpos estables durante al menos 5 meses. Sin embargo estos datos aun no aportan la suficiente evidencia que estos niveles sean capaces de disminuir la posibilidad de reinfección. Este nuevo hallazgo supone una nueva línea de investigación para el desarrollo de futuras vacunas.

El nivel de anticuerpos medidos, probablemente sea producido por plasmablastos, células que actúan como primera línea ante un virus y se unen a él para producir la respuesta inicial de anticuerpos cuya fuerza pronto disminuye, situación similar a lo que ocurre con otros virus como el de hepatitis, sarampión e influenza.


El aumento en los contagios, las medidas mal implementadas por la población y el aumento de trabajadores de la salud con desgaste físico y mental, que afecta su rendimiento y la saturación funcional de los hospitales para atender pacientes graves por COVID-19 nos hace pensar que esta pandemia está lejos de terminar.

Hasta no tener una vacuna efectiva, es urgente que generalicemos el uso del cubrebocas en todo espacio público, sin ambigüedades ni justificaciones.


Diego Adrián Campos Zapata

Estudiante de Medicina de la Universidad del Valle de México

Campus Sur, Sede Coyoacán