Vacunas: De una Perspectiva Médica a la Social



Las vacunas han sido de gran importancia desde hace años y funcionan como un mecanismo para la protección contra enfermedades infecciosas y hasta mortales generando un mecanismo de inmunidad en nuestro cuerpo mediante la producción de anticuerpos, conocida como inmunidad adaptativa.

Actualmente existen diferentes tipos de vacunas que son:



Las vacunas han obtenido como resultados, en ocasiones, la erradicación de algunas enfermedades sólo con la condición de que el agente etiológico (causante) tome como único hospedero al ser humano.

Disminuir todas estas infecciones con las que se obtiene inmunidad mediante la vacunación tiene una repercusión social importante debido a que existen barreras con el seguimiento de esta política sanitaria por aspectos socioculturales como por ejemplo: el nivel educativo, socioeconómico, la religión provocado por dilemas éticos, el pensamiento de que el cuerpo es sagrado y no debe recibir factores externo a él y que debe ser sanado por una deidad de manera natural; sospechas o el temor a las vacunas por los posibles efectos adversos que puedan tener, siendo normal que se ocasiona una interacción con el componente de la vacuna generando una reacción adaptativa del cuerpo por generar inmunidad y que como resultado en muchas ocasiones, adquirir una ideología “antivacunas”.




En algunas ocasiones, una mala educación en salud en la que se lleva a cabo un proceso de promoción y prevención en salud ineficiente o la falta de acceso a servicios de salud por inequidad o por alta demanda que hay en México proporcional al total de población en todo el país junto con otros factores ambientales o genéticos como son el desarrollo de enfermedades crónicas (Hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, cáncer, etc.), la exposición al estrés, contaminación, hábitos alimenticios, toxicomanías (tabaco, alcohol, por ejemplo) o que empieza a haber más población de adultos mayores.

Es por ello, que nos corresponde como personal de salud emplear estrategias para mejorar cada día esa educación en salud con nuestra población de manera equitativa y empática para tener como resultado, una mejor vigilancia epidemiológica mediante una prevención más eficaz de algunas enfermedades infecciosas en nuestro país con campañas de inmunización según sea el caso respetando las prioridades nacionales.


Siempre hay que recordar que como personal de salud tenemos que llevar a cabo una atención integral primaria (prevención y promoción en salud) ligado con los principios bioéticos, principalmente: autonomía, justicia y beneficencia.



Fernanda Ramírez Leyva