La economía moral frente al COVID 19 en México


Introducción


En el 2018, México vivió un resurgimiento de la esperanza al haber optado por el cambio de una economía del paradigma neoliberal al paradigma de lo que la “cuarta transformación” denomina la economía moral. Este cambio implica anteponer los valores ético-morales y humanistas sobre los valores del mercado reflejados en la acumulación desmedida del capitalismo que nos llevó a las crisis de 1929 y 2008.


Este nuevo modelo en México vive hoy una prueba de máximo nivel, pues se enfrenta a un panorama de una crisis económica global diferente a otras crisis y por lo que no existe una receta escrita para poder trascenderla sin costo alguno. Sin embargo, el gobierno de México bajo el principio de “por el bien de todos primero los pobres” ha puesto su margen de política social y económica en pro del presente pero también del futuro de quienes han sido marginados históricamente.

En el presente ensayo, se enmarcan algunas de las acciones económicas y sociales de la nueva economía moral frente al contexto de la crisis económica del COVID 19.


La deuda como último recurso para sanear la crisis


Si hay algo que el actual gobierno de México aprendió bien de la crisis de la deuda de los 70-80’s, fue el hecho de que la deuda como instrumento de política económica solo terminó por empeñar su futuro por un saneamiento y crecimiento de corto plazo que se esfumó y trajo consigo la vuelta del liberalismo en México bajo la instrucciones de los organismos acreedores que le dictaron, a cambio de los préstamos, la política económica y financiera que se debía seguir. Hoy en día la deuda económica de México, supera más del 40% del PIB, lo que esta muy por arriba de lo que se considera sostenible, y ello ha ralentizado su progreso y desarrollo puesto toda la mitad de lo que se produce se hace para pagar intereses.

Fuente de la imagen: Alice Mora

Por ello, en la última reunión del G-20, México ha propuesto la condonación de la deuda externa de aquellos países con altas tasas de pobreza, porque mas que ayudar, esta deuda profundizó el problema, así los países que más lo necesitan, podrán utilizar los recursos que destinaban al pago de la deuda para el combate de la crisis económica del COVID 19.


Del goteo hacía abajo al goteo hacía arriba, por el bien de todos primero los pobres.




Fuente de la imagen: Helguera, La Jornada

Otra de las principales herramientas de la ortodoxia económica ante una crisis es la de salvar a los grandes consorcios para que estos puedan seguir derramando riqueza y en algún momento quienes menos tienen les toque una porción de esa riqueza, sin embargo, nuevamente la experiencia histórica nos demuestra que esta receta no funcionó. En 2008, el gobierno neoliberal de México rescató a los grandes consorcios bancarios y endeudo a los más pobres para financiar el rescato en pro de mantener viva la teoría del goteo, sin embargo, posterior a ello la desigualdad económica y la pobreza aumentaron, por ello, anteponiendo siempre a quienes menos tienen, la economía moral de hoy se ha dedicado a dar créditos, que pueden no pagarse sin consecuencia alguna, a los mas necesitados y a quienes realmente generan empleos en México, que son las pequeñas y medianas empresas.


Austeridad republicana, no impuestos y distribución de recursos


Evidentemente, momentos extraordinarios requieren acciones extraordinarias, por ello y para no utilizar la deuda ni aumentar impuestos, que como se ha dicho afectan a quienes menos tienen, el gobierno ha hecho una reordenación del gasto basada en la austeridad republicana, la cual es diferente a la austeridad neoliberal, ya que la republicana consiste en disminuir el gasto corriente inoperativo y no el gasto de inversión. Ello ha hecho que muchas mas familias reciban al menos uno de los programas sociales pilares del gobierno actual.


Conclusión


El momento de la crisis económica por el COVID19 requiere acciones extraordinarias, y que no están escritas como una receta. Por ello, en México, la economía moral ha sido la mejor opción no empeñar el futuro por un presente que puede ser salvado de otras formas.

Imagen obtenida de: France 24


César Balcazar