Los dirigentes sociales se hacen en las calles, no en las redes sociales




Los avances tecnológicos han logrado que la comunicación masiva sea mucho más fácil y dinámica. Hoy en día, cualquier persona que tenga un dispositivo con internet puede desde sus redes sociales hacer mediática su imagen y sus ideas. Evidentemente quienes mejor manejan estas herramientas y han sabido sacarle provecho son los “millennials”, que han convertido el ser “influencer” en una nueva profesión.



Prácticamente hoy los podemos ver inmiscuidos en todos los ámbitos y la política no es la excepción. Históricamente quienes han logrado destacar en la política han sido personajes provenientes de la lucha social, con una amplia carrera partidista, integrantes del equipo de algún político o que realizaron una vasta trayectoria en la administración pública. Sin embargo, hoy están surgiendo una oleada de “liderazgos políticos” que han construido su carrera política a través de los medios digitales o de comunicación.

No es mi intención criticar la utilización de estos medios, ya que creo que son de gran utilidad cuando se trata de comunicar e intercambiar ideas, fijar posturas y tener una cercanía con un importante sector de la población. Sin embargo, veo con preocupación que influencers que se han autonombrado los voceros del “obradorismo” y el relevo generacional del movimiento quieran adoptar el papel de ser dirigentes políticos y sociales.


Sería inútil negar la importancia de las “benditas redes sociales” en la elección del 2018 ya que, al estar cooptados los medios de comunicación tradicionales, fueron un factor determinante para llevar a la 4ta transformación a la Presidencia de la República. Me atrevo a decir que el influencer número uno de México es Andrés Manuel López Obrador, ya que siempre le está marcando la agenda nacional a sus seguidores y a sus opositores. Sin embargo, hay que destacar que el tabasqueño ha recorrido innumerables veces todos los municipios del país, nadie conoce México como él, sabe cuáles son las necesidades de la población y ha vivido de cerca la realidad social.


El utiliza estos medios para comunicar ideas, pero entiende que nada puede suplir la cercanía con la gente y es por eso por lo que millones de personas lo respaldamos en su proyecto. Recuerdo muy bien cómo siempre nos insistía en hacer el trabajo casa por casa, haciendo alusión que para hacer campaña no se necesitaba más que unos tenis y una gorra. Lo más importante de esto es que el mismo nos ponía el ejemplo todos los días, trabajando desde las 6 de la mañana y terminando a altas horas de la noche. En pocas palabras se necesita la comunicación directa con la ciudadanía, pues muchas veces hay que llevar a cabo una labor del convencimiento y porque por más alcance que tengan hoy las redes sociales, no todos tienen acceso a ellas.

Es necesario añadir, que para que un movimiento como el nuestro haya podido tener éxito se necesitan 3 pasos fundamentales: información, organización y movilización. Cómo ya mencionamos antes, las redes sociales tomaron un papel fundamental para el éxito de nuestro movimiento, nos ayudaron a poder difundir nuestro proyecto de forma masiva y a desmentir los ataques de la derecha. Sin embargo, esto no hubiera servido de nada si miles de militantes no nos hubiéramos dedicado a formar comités en todas las secciones electorales del país, en la mayoría de los casos sin remuneración económica. Esto nos ayudó a llegar al último paso que es la movilización, contando con una estructura de promoción y defensa del voto en todos los rincones de la patria, así como abarrotar de simpatizantes todos los mítines a los que iba Andrés Manuel López Obrador. Con esta estrategia, logramos desarmar a la derecha y obtener la votación más grande en la historia de nuestro país con poco más de 30 millones de votos.


El estar en contacto constante con la población y escucharles te sensibiliza, hace que te identifiques más con el proyecto. En este punto quisiera compartirles una de las historias que más ha marcado mi vida y que nos ayudara a entender la importancia del trabajo territorial:

Recuerdo muy bien una tarde lluviosa recorriendo la colonia Moderna en mi hermoso Benito Juárez junto a 3 personas que son importantísimas tanto en mi activismo político cómo en mi vida personal: Karla, Osiris y Estelita. Esto fue durante el poco tiempo que apoyé como servidor de la nación, nos encontrábamos exhaustos, habíamos caminado muchos kilómetros y ese día en particular no teníamos el mejor ánimo. En el casa por casa, una vecina nos pidió ir con una amiga suya que tenía una estética en uno de los desniveles peatonales para cruzar Tlalpan, quien tenía un hijo con Síndrome de Down y necesitaba que le aplicáramos el censo para poder recibir el apoyo de discapacitados. Al llegar al lugar, la chica nos comentó que no tenía hogar, por lo que se quedaba a dormir en la estética, han de saber que esos desniveles los cierran en la noche por lo que literalmente se quedaba encerrada. Nos presentó a su madre que padecía alzheimer, en el día la acompañaba en su negocio y en las noches la llevaba a dormir a casa de sus hermanos.


Estuvimos esperando a que llegara su hijo, que pese a su enfermedad logró entrar a trabajar a un Oxxo y cuando llegó a la estética lo hizo caminando solo lo cual fue sorprendete. La chica tenía otra hija que era madre soltera y ya le había dejado a un nieto, por lo que económicamente estaban muy limitados. Sin embargo, eso no fue lo más impresionante, mientras esperábamos a su hijo conocimos a Lluvia, una hermosa bebé que recibió ese nombre porque el día de su nacimiento fue muy lluvioso. Su madre era una persona en situación de calle y entre todos los vendedores del desnivel se organizaron para comprarle ropita, pañales y un porta bebé. La dueña de la estética la cuidaba mientras la mamá se iba a trabajar en el servicio doméstico a una casa de la colonia y a ratos lograba darse vueltas para ir a amamantarla. La humanidad de la dueña de la estética nos sacudió por completo, teniendo tantos problemas en su vida todavía tenía la fortaleza para poder ayudar a alguien que estaba más necesitada que ella. Al escuchar toda la historia inmediatamente nos cambió el ánimo y nos recordó por quienes hemos venido luchando durante tanto tiempo. Estas anécdotas no te las dan las redes sociales, sólo te las encuentras en la calle y son necesarias para entender el verdadero sentido de nuestro movimiento, quienes no han hecho trabajo territorial difícilmente comprenden de lo que se trata la 4ta transformación de la República.


El obradorismo se ha inspirado en grandes dirigentes sociales como Miguel Hidalgo, Emiliano Zapata, Francisco Villa o Francisco I. Madero; estamos hablando de personajes que encabezaron las principales transformaciones del país. Sin embargo, en la actualidad pareciera que basta con ser mediático para poder estar al frente de nuestro movimiento, así como lo hicieron los priistas al crear el producto Peña Nieto en el 2012. Son los mismos que han metido en el discurso a la edad cómo un factor determinante para ser un buen dirigente político, cómo si el hecho de ser joven o una persona de edad avanzada fuera una virtud o un defecto, cuando en realidad es únicamente una etapa cronológica de las personas. Por si fuera poco, algunos se escudan en una intelectualidad para evadir el trabajo territorial y aquí insisto en el caso de López Obrador quien ha escrito 17 libros, pero nunca ha puesto de pretexto su trabajo intelectual para evadir sus tareas como dirigente social.


No es que sea malo hacer carrera en los medios o en el ámbito intelectual, un buen dirigente evidentemente tiene que estar bien preparado y en constante formación. Sin embargo, encumbrar una carrera política a partir de ahí, sin que esto venga combinado con la lucha social, genera la formación de burócratas y no de los nuevos cuadros dirigentes que tanto necesita nuestro movimiento.


El obradorismo se hizo en las calles: empezando por la lucha contra el desafuero, la conformación del gobierno legítimo, la construcción y obtención del registro de Morena, la recolección de firmas y el cerco al senado para buscar frenar la reforma energética, así como las múltiples campañas electorales que tuvimos que pasar para llegar a la Presidencia de la República. Esto es lo que le ha dado sentido a la 4ta transformación, porque somos el movimiento social más grande del país.

La 4ta transformación necesita dirigentes, representantes populares y funcionarios públicos emanados de la lucha social. Hablamos de compañeros que estén identificados con nuestro proyecto, que se hayan formado repartiendo el periódico regeneración, pintando bardas, colgando lonas, tocando puertas, creando comités y realizando brigadas informativas. Esta es la verdadera esencia de nuestro movimiento y le quiero dedicar este texto a todos los compañeros que han puesto su granito de arena en todos estos años de lucha. Las redes sociales y los medios de comunicación son importantes, pero nunca van a sustituir el tener contacto directo con el maravilloso pueblo de México.



Julián Castruita Sánchez

  jcastruita1989@gmail.com

  @j_castruita

  Julián Castruita