Sarampión: El renacimiento de una endemia en México





El sarampión es una infección de origen viral que ha sido reconocida de manera infecciosa por más de 2,000 años. Es un virus que pertenece a la familia Paramyxoviridae, siendo el único hospedero natural el humano, aunque si existan reportes de casos de infección en monos por la compatibilidad genéticamente que tenemos con estos.


Este virus tiene un mecanismo de transmisión por contacto directo con gotitas de Flügge o respiratorias que se generan al producirse un estornudo o tos, expulsando gotitas de saliva y un período de incubación de 7 a 21 días (en promedio 10 días). Se tiene un cuadro clínico que se caracteriza por fiebre, tos, coriza, conjuntivitis y un signo específico llamado Manchas de Koplik (pequeños puntos blancos dentro de la boca), entre el tercer a séptimo día aparece el exantema o manchas rojas en todo el cuerpo, el diagnóstico es clínico o mediante pruebas en sangre por detección de anticuerpos o del material genético del virus (PCR) y puede tener complicaciones mortales si no se controla ya que no hay un tratamiento específico para esta enfermedad.

El sarampión es una enfermedad prevenible debido a que existe un sistema nacional de vacunación de acuerdo a los diferentes grupos etarios en nuestra población, es decir, a los extremos de la vida que son infantes y personas de la tercera edad.


La Organización Mundial de la Salud (OMS), estableció un incremento de casos confirmados desde el año 2019 al año 2020 de manera muy importante a comparación con años anteriores, siendo la alcaldía más afectada Gustavo A. Madero en Ciudad de México (debido a que el foco infeccioso surgió ahí) y Ecatepec en el Estado de México. Los grupos más vulnerables se han registrado en edades de 6 meses, 1 año hasta 49 años de edad, siendo afectado más el género masculino y que aproximadamente el 82% de la población mexicana afectada por sarampión no contaba con inmunizaciones previas ni recientes.


Hay que mencionar que el desarrollo de una enfermedad es multifactorial, hablando acerca del sarampión están: la falta de abasto de vacunas y medicamentos no sólo en estas regiones sino en todo el país; una mala relación médico-paciente por no efectuar una comunicación efectiva óptima porque en algunos casos se ha comenzado a ver al paciente más como un objeto que como un ser humano; las condiciones socioambientales de la persona como la pobreza, el escaso acceso a servicios de salud, la contaminación ambiental, la educación en salud escasa, un estado de malnutrición o enfermedades adyacentes que propicien a un estado de inmunodepresión o “defensas bajas” como en el caso de la diabetes mellitus tipo 2, que provocan cambios de la funcionalidad del organismo en cuanto a generar una respuesta adaptativa ante una infección.

Se puede decir que en cuanto a condiciones de salud, hay que hacer énfasis en el conjunto de problemas de salud identificados y explicados, que han sido influenciados por las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales.


En nuestro país existen buenas políticas de vacunación que se tienen que reforzar educando a los pacientes para que se comience a generar una costumbre en nuestra población de cumplir en tiempo y forma los esquemas de vacunación, ya que en el caso del sarampión no hace un mecanismo que se llama memoria inmunológica en la que nuestro sistema inmune no permite “madurar” o generar esos anticuerpos contra el virus para que posteriormente que se pudiera presentar la enfermedad o la capacidad de generar la enfermedad por el virus (conocido como virulencia) sea mucho menos agresivo y prolongado para el organismo.



Como panorama epidemiológico, es de gran importancia llevar a cabo un programa de vigilancia epidemiológica en México para la detección oportuna y el estudio de casos para logros considerables en cuanto a detección, notificación, seguimiento, capacitación del personal y campañas intensivas de vacunación recordando que la vacunación es parte vital del derecho humano a la salud, siendo responsabilidad desde un individuo hasta comunidades y gobiernos. Existen dos vacunas disponibles en nuestro país hechas con virus atenuados o vivos: la triple viral, SRP (Sarampión, Rubéola, Parotiditis) que se aplica a los 12 meses y 6 años y la doble viral, SR (Sarampión, Rubéola) que es adicional, en caso de no haberla recibido a los 6 años o de 19 a 29 años tanto en mujeres como hombres.

El objetivo que tiene llevar a cabo una vigilancia epidemiológica es lograr un fortalecimiento y seguimiento de las acciones mencionadas anteriormente para poder lograr una erradicación del sarampión, que se verá reflejada en una mejoría en la calidad de vida de los diferentes grupos vulnerables que existen en nuestra población (niños principalmente y adultos mayores).



Fernanda Ramírez Leyva